Live & Let Live

Tenemos que aprender a ver la vida de la manera en que es, y no ocultar la verdad, ver la realidad & dejar de vivir en esa burbuja de la cual no salimos.

15 de octubre de 2010

El Dolor se Iba



"Y así era, mi sangre corria a través de mis brazos, vaciando el dolor y la tristeza que sentía mi corazón, por aquellos momentos por los cuales sufrí alguna vez en mi vida, por todas aquellas lágrimas que derramaba por el sufrimiento que causaban en mi, por cosas tan insólitas, que al fin y al cabo me daba cuenta que no tenían ninguna importancia dentro de mi vida cotidiana.


Muchas veces intenté superarlo desahogandome con las personas más cercanas a mí, llorando, gritando, pegando, pero nada saciaba el dolor que sentía... nada podía hacerme sentir mejor, nada... y en ese momento, al ya no poder más, tomé unas pastillas, pensando en terminar con mi vida, pero al reaccionar, y comenzar a pensar, lo mejor fue dejarlas de lado, pero aún así me sentía incompleta... Tomé un cuchillo cartonero que tenía a mi costado derencho, dentro de mi estuche, el cual estaba encima de mi cama, lo abrí, lo observé... subí la manga de mi polerón y con todas mis fuerzas precioné el filo de aquel objeto en mis brazos, en mis muñecas, haciendome aproximadamente 6 cortes, los cuales, cada uno me hacía sentir mejor, y me hacía olvidarme de aquellas cosas que causaban dolor en mi.


Al haber concurrido aproximadamente 20 minutos, me di cuenta que lo que había echo estaba mal, pero que al fin y al cabo, me habían saciado ese sufrimiento que no podía aguantar. Miré aquellos cortes, uno a uno, los tocaba, y veía como ese líquido rojo corría a través de mis brazos, los veía y sentía como corria el dolor, el rencor, el sufrimiento, la pena, la angustia, y sentía que volvía poco a poco a la vida. Al cabo de 10 minutos empezé a sentir un ardor que recorría mi cuerpo, el cual no podía parar, pero ese dolor, me gustaba, era algo que me hacía recordar que aún estoy viva, era un dolor que me hacía sentir todo junto de un momento a otro, y comenzé a pensar que esta era la solución a mis problemas.
Al cabo de 1 mes volví a tomar aquel cuchillo, pero en este caso bajé mis pantalones, haciendome 5 cortes en las piernas, referente a el problema que acontesía en aquel entonces. Cerré los ojos, pensé en el dolor, en la angustia, en que yo tenía la culpa de aquel suceso y volví a tomar el cuchillo, haciendome 2 cortes más.
Mientras más se llenaba mi corazón de tristeza y de sufrimiento, mayores eran los cortes, y el vaso se iba llenando poco a poco de estas dos causas. Dejandome completamente libre se dolores que quizá no tenían mayor sentido en la vida de cualquier persona.
Al año más tarde, decidí entrar a la iglesia, donde me pude dar cuenta que lo que había echo estaba mal, y que debía volver a ser aquella niña, a la cual solo la debía saciar las lagrimas, debía orar, haciendo así que todo el dolor de mi alma se fuera.
Conclusión: aquellos cortes quedaron marcados para siempre en mi vida, y cuando los miro recuerdo todo el sufrimiento que me han causado, pero después de todo no me arrepiento de lo echo; solo sé que aquellas veces fueron un alivio para mi. "